PIEL COMEDOGÉNICA / ACNÉICA

Los comedones y el acné son afecciones cutáneas comunes que afectan a personas de todas las edades y géneros. A menudo, se asocian con la adolescencia, pero puede persistir hasta la edad adulta. 

La piel comedogénica y la piel acneica están estrechamente relacionadas, pero no son exactamente lo mismo. La piel comedogénica se refiere a la tendencia de la piel a producir comedones, que son los puntos negros y blancos que pueden ser precursores del acné. Por otro lado, la piel acneica se refiere a la piel que tiene acné activo, lo que significa que hay presencia de lesiones inflamatorias como las espinillas, pústulas y pápulas...Más abajo te describiremos la diferencia entre cada una de ellas👇

Es posible tener una piel comedogénica sin tener acné activo, pero es menos común tener acné sin una piel comedogénica. Es importante tener en cuenta que la piel comedogénica puede ser una condición heredada y que las personas con pieles extremas grasas o secas, con pieles muy sensibles, reactivas o alérgicas generalmente son más propensas a desarrollar comedones y, en última instancia, acné. Además, ciertos factores, como los cambios hormonales, el estrés y los productos para el cuidado de la piel, pueden agravar tanto la piel comedogénica como la piel acneica.

TIPOS:

En este artículo, profundizaremos en los diferentes tipos de acné y comedones que existen:

• Puntos Negros:

Los puntos negros, también conocidos como comedones abiertos, son lesiones superficiales que aparecen en la piel comedogénica. Se forman cuando los folículos pilosos se obstruyen con sebo, células muertas de la piel y suciedad. A diferencia de las espinillas, los puntos negros no son inflamatorios y no están infectados. El color negro que se ve en los puntos negros es debido a la oxidación del sebo y las células muertas de la piel en el folículo piloso.

• Miliums:

Los miliums son pequeñas protuberancias blancas que se forman debajo de la piel. Se producen cuando las células muertas de la piel y el sebo quedan atrapados en los poros de la piel. Los miliums son similares a los puntos blancos, pero son más grandes y más duros al tacto. A menudo se presentan en la zona de los ojos, mejillas y frente.

• Espinillas:

Las espinillas, también conocidas como comedones cerrados, son lesiones inflamatorias que se producen cuando los poros se obstruyen con sebo, células muertas de la piel y bacterias. A diferencia de los puntos negros, las espinillas no tienen una abertura en la superficie de la piel y, por lo tanto, no se oxidan ni cambian de color. En su lugar, se presentan como pequeñas protuberancias blancas o rojas debajo de la piel.

a) Pústulas:

Las pústulas son lesiones inflamatorias que contienen pus en su interior. A menudo se presentan como pequeñas protuberancias rojas con un centro blanco. Las pústulas se producen cuando las bacterias infectan un folículo piloso obstruido. A menudo son dolorosas y pueden dejar cicatrices en la piel.

b) Pápulas:

Las pápulas son lesiones inflamatorias que se presentan como pequeñas protuberancias rojas en la piel. A diferencia de las pústulas, las pápulas no contienen pus en su interior. Se producen cuando los folículos pilosos se inflaman debido a la obstrucción por sebo y células muertas de la piel. Las pápulas pueden ser dolorosas y, a menudo, se presentan en grupos en la piel comedogénica.

  

TRATAMIENTOS:

El tratamiento para la piel comedogénica o acnéica varía según el tipo de lesión y la gravedad del acné. Los tratamientos incluyen medicamentos tópicos, como el ácido salicílico y el peróxido de benzoilo, que ayudan a reducir la inflamación y prevenir la formación de nuevas lesiones. Los retinoides también son efectivos en el tratamiento del acné, ya que ayudan a eliminar las células muertas y por supuesto siempre se recomiendan productos de limpieza facial adecuados a las necesidades de cada piel, peelings químicos, terapias de luz, entre otros.

Si tienes acné, es importante consultar a un dermatólogo para que pueda ayudarte a determinar el mejor tratamiento para ti.